José Manuel Felices, radiólogo y profesor universitario: “Nunca te bañes después de hacer deporte”

José Manuel Felices, radiólogo y profesor universitario: “Nunca te bañes después de hacer deporte”

¿De verdad hay que evitar la ducha tras el entrenamiento? El consejo del radiólogo y profesor universitario José Manuel Felices encendió las redes en segundos, porque toca una costumbre que parece intocable: salir del gimnasio y meterse bajo el agua. Lo curioso es que, en el detalle, el mensaje no es tan simple.

Un chico abre la ducha fría, pega un salto y se ríe, como si el golpe térmico fuese parte del ritual. A su lado, una mujer se sienta en el banco, respira hondo y mira el reloj antes de levantarse. “Esperar un poco”, le dice a su amiga, “lo dijo un profe en la uni”. El rumor corre por los pasillos: José Manuel Felices avisó que no hay que bañarse justo después del esfuerzo. Nadie quiere desmayarse en el cuarto de azulejos. El agua, por unos minutos, se convierte en tema serio. Una frase corta se queda flotando en el vapor: ¿y si tener prisa es el verdadero riesgo?

Lo que está en juego tras el último sprint

El cuerpo sale del entrenamiento en modo alerta: pulso alto, vasos dilatados, sudor a toda máquina. Cambiar de golpe a una ducha muy fría o muy caliente es forzar la máquina cuando aún está acelerada. **No es blanco o negro**, pero sí hay una ventana delicada. En esos minutos pueden aparecer mareos, visión borrosa o ese zumbido que anticipa un desvanecimiento. La escena se repite en gimnasios y carreras: no te pasa… hasta que te pasa. Y asusta.

Imagina una media maratón de barrio. Marta cruza la meta, se siente eufórica y va directa a una ducha casi hirviendo para “soltar” las piernas. Dos minutos después, la vista se le cuela en túnel y tiene que sentarse en el suelo. No terminó en urgencias, pero se llevó un susto de los que te cambian hábitos. En pruebas largas y vestuarios llenos, los mareos post esfuerzo son más frecuentes de lo que parece. No hacen titulares, pero sí explican la frase que disparó el debate de Felices.

Hay una lógica clara: tras el ejercicio, la sangre tiende a acumularse en las piernas, la presión arterial puede bajar y el sistema nervioso aún no ha pisado el freno. Si añades agua muy caliente, aumentas la vasodilatación y el riesgo de hipotensión. Si añades agua helada, disparas vasoconstricción brusca y un reflejo que a algunos les sienta mal. La deshidratación y la pérdida de electrolitos redondean el cóctel. No es pánico, es fisiología doméstica explicada con calma.

Qué hacer en esos 20 minutos que lo cambian todo

El truco no es prohibir la ducha, es ponerla en su sitio. Prueba este orden: enfría moviéndote suave 5-10 minutos, camina, agita brazos, respira largo. Bebe en sorbos 300-500 ml, algo con sales si sudaste a mares. Sécate bien el sudor y espera entre 10 y 20 minutos antes de entrar al agua. Cuando entres, opta por tibia y sube o baja gradualmente. **Empieza por las piernas y el tronco** y deja la cabeza para el final. Parece poco, cambia mucho.

Errores frecuentes: saltarte el “cool down” porque la prisa manda, ducharte hirviendo “para relajar” o lanzarte a la ducha helada por moda. Todos hemos vivido ese momento en el que el cuerpo pide sofá, pero la agenda te empuja. Seamos honestos: nadie hace realmente eso todos los días. Si un día no sigues el guion, escucha señales: mareo, náuseas, piel de gallina excesiva. Sal, siéntate, agua a sorbos, piernas en alto. No hay medalla por aguantar mal.

Felices lo resume para sus alumnos con una frase que va más allá del titular:

“No es ‘nunca te duches’; es ‘no lo hagas de golpe justo después del esfuerzo intenso’. Dale al cuerpo unos minutos para volver a casa.”

  • Enfriamiento activo: 5-10 minutos de movimiento suave.
  • Hidratación fraccionada y algo de sodio si sudaste mucho.
  • Espera estratégica: 10-20 minutos antes del agua.
  • Ducha tibia y progresiva, empezando por extremidades.
  • Si hay mareo, pausa y piernas en alto 2-3 minutos.

La frase que divide vestuarios… y por qué puede unirlos

La consigna “Nunca te bañes después de hacer deporte” funciona como alarma más que como norma literal. Pone foco en el tiempo y el modo, no en el agua en sí. *La ducha no es el enemigo; la prisa sí puede serlo.* Y en ese matiz, la comunidad se reconoce: quien entrena a diario lo sabe, lo que peor sienta no es el agua, es la transición brusca entre dos mundos.

Este tipo de consejos gana cuando se vuelven hábitos fáciles. Un banco para sentarte, un par de sorbos, un scroll rápido a los mensajes, y ya ha pasado ese minuto crítico. Si tienes antecedentes de síncope, migraña, problemas cardiacos o una pájara reciente, el margen de seguridad conviene ampliarlo. La prevención rara vez es épica, pero evita escenas que quitan las ganas de volver al gimnasio.

Felices viene de la radiología y la docencia, donde el matiz importa. Su frase agitó el avispero porque choca con rutinas muy aprendidas. Que el debate quede en algo útil: entender la fisiología básica, ajustar el gesto y compartirlo con quien ves tambalearse en el vestuario. **Esperar un poco, hidratar y entrar con calma** no vende camisetas, aunque te da más entrenamientos buenos que cualquier atajo.

Point clé Détail Intérêt pour le lecteur
Ventana de riesgo 10-20 minutos post ejercicio con inestabilidad hemodinámica Identificar cuándo evitar el golpe térmico
Método práctico Enfriamiento activo + hidratación + ducha tibia progresiva Guía clara, aplicable en el día a día
Señales de alerta Mareo, visión en túnel, náusea, piel muy pálida Actuar a tiempo y prevenir sustos

FAQ :

  • ¿De verdad no debo ducharme después de entrenar?No es una prohibición absoluta. Evita hacerlo de inmediato y con temperaturas extremas. Espera unos minutos y entra con agua tibia.
  • ¿La ducha fría acelera la recuperación?Puede ayudar en ciertos protocolos, pero mejor fuera de la ventana post esfuerzo más inestable. Si la usas, hazlo breve y progresivo.
  • ¿Cuánto líquido tomar antes de la ducha?Entre 300 y 500 ml en sorbos, adaptando a tu sudoración y duración del entreno. Si sudaste mucho, añade sales.
  • ¿Qué hago si me mareo dentro de la ducha?Corta el agua, siéntate o sal con ayuda, eleva piernas, bebe a sorbos y espera a que se estabilice la visión. Si persiste, busca atención.
  • ¿Y si solo he hecho un entreno suave?El riesgo es menor. Aun así, evita cambios bruscos de temperatura y mantén la entrada al agua gradual.

1 réflexion sur “José Manuel Felices, radiólogo y profesor universitario: “Nunca te bañes después de hacer deporte””

  1. ¿De verdad es para tanto? Llevo años duchándome justo despues de entrenar y jamás me he desmayado. ¿No será más tema de hidratración y cambios térmicos extremos que de “prohibir” la ducha?

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