Gonzalo Bernabéu, oftalmólogo:  »A veces no ponerse la gafa para cerca en pacientes de entre 40 y 50 años puede favorecer que aparezcan orzuelos con más frecuencia »

Gonzalo Bernabéu, oftalmólogo: ''A veces no ponerse la gafa para cerca en pacientes de entre 40 y 50 años puede favorecer que aparezcan orzuelos con más frecuencia''

Entre los 40 y 50, cuando la letra pequeña empieza a ganar la batalla, muchos dejan la gafa de cerca “para no depender” o “porque tampoco es para tanto”. Ahí, en ese gesto mínimo, se cocina un problema microscópico: glándulas que se tapan, grasa que se espesa, manos que frotan. Los orzuelos no llegan por casualidad, llegan por rutina. Y vuelven.

La sala de espera está tranquila y huele a café. Entra una mujer con el ojo izquierdo enrojecido, comenta que lee el móvil “a pelo” desde hace meses, que el orzuelo “se ha enamorado de mí”, y sonríe con resignación. El oftalmólogo Gonzalo Bernabéu escucha en silencio, revisa el borde palpebral con la lámpara de hendidura y levanta la vista: habla de la gafa de cerca, del enfoque forzado, de la forma en que pestañeamos menos pegados a la pantalla. Nadie en la sala discute. La pista estaba en la gafa.

La edad de la letra pequeña y los párpados en guerra

A partir de los 40, la presbicia hace que forzar el enfoque de cerca sea casi un reflejo, y ese esfuerzo altera dos cosas que no solemos mirar: el parpadeo y la grasa que lubrica el borde del párpado. Pestañeamos menos tiempo y con menos calidad, la película lagrimal se rompe antes, y el meato de las glándulas de Meibomio se comporta como una boquilla que se obstruye; **los orzuelos no son solo mala suerte**, son la consecuencia visible de un engranaje que chirría cuando nos negamos la ayuda óptica.

Marta, 47, dejó de usar la gafa de cerca porque le molestaba llevarla colgando del cuello y porque se sentía “mayor” con ella, y en tres meses encadenó cuatro orzuelos que siempre aparecían tras días de pantallas y lectura nocturna. Le pasa también a quienes trabajan con tablets en mostradores: el ojo se seca, el dedo visita el párpado más de lo que conviene, y la glándula inflamada encuentra el caldo perfecto para infectarse. Estudios sobre ergonomía visual calculan que frente a pantallas reducimos hasta un 60 % la frecuencia de parpadeo; la diferencia, en el párpado, se nota.

La lógica es cruda y clara: si no usas la corrección de cerca cuando la necesitas, aprietas los ojos, acercas el texto y te tocas la cara, y ese combo eleva el riesgo de taponar glándulas y llevar bacterias al borde palpebral. Quien ya arrastra blefaritis o rosácea lo paga doble, porque el meato está más inestable y reacciona con más facilidad, y el maquillaje denso o antiguo suma un extra que nadie quiere. Leer de cerca sin ayuda no te hace más fuerte; solo exprime tus párpados.

Higiene, calor y descansos: el trío que salva pestañas

Una rutina breve vale oro: **calor suave y limpieza diaria**. Compresas tibias —no hirviendo— durante 8‑10 minutos ablandan el sebo, y un masaje corto desde la base hacia el borde ayuda a exprimir el conducto sin dañarlo, luego higiene del borde con toallitas específicas o solución de limpieza palpebral. Si trabajas con pantallas, practica el 20‑20‑20 para recuperar parpadeo, y coloca el monitor algo por debajo de la línea de los ojos para reducir exposición. Son dos gestos, cinco minutos, y una diferencia que se siente.

Errores que se repiten: dormir con máscara de pestañas, usar lápiz de ojos rescatado del bolso un año después, y tocar el orzuelo “para ver si ya drena”, como si fuera un grano. También compartir maquillaje o toallas, y llevar lentillas demasiadas horas cuando el ojo ya pide tregua. Seamos honestos: nadie hace eso todos los días. Pero cuando el párpado protesta, cada omisión pasa factura, y ahí la constancia gana a cualquier milagro en pomada.

Hay que decirlo en voz alta: ponerse la gafa de cerca no es una derrota, es una forma de quitarle trabajo al párpado y cortar el ciclo de inflamación-recaída que tantos sufren en silencio.

“A veces no ponerse la gafa para cerca en pacientes de entre 40 y 50 años puede favorecer que aparezcan orzuelos con más frecuencia”, recuerda Gonzalo Bernabéu.

  • Ponte la gafa de cerca cuando leas o uses el móvil.
  • Regla 20‑20‑20 y postura del monitor a favor de la lágrima.
  • Manos limpias y cero pellizcos al orzuelo.
  • Compresas tibias y masaje breve, sin dolor.
  • Maquillaje hipoalergénico y renovado con frecuencia.
  • Si los orzuelos se repiten, descarta blefaritis o rosácea con tu oftalmólogo.

Mirar más allá del bulto: lo que nos dice un orzuelo

Un orzuelo es un mensaje corto: algo en tu rutina no encaja con lo que tus párpados necesitan hoy. A veces es la vanidad de negar la gafa, a veces el ritmo de la pantalla, a veces un borde palpebral que pide limpieza. Todos hemos vivido ese momento en el que te acercas el móvil en un restaurante oscuro para leer el menú y finges que “ves perfecto”, y al día siguiente el borde del ojo palpita como si guardara rencor. La próxima vez, cambia el guion: cuando cuidas la película lagrimal, cuando aceptas la ayuda óptica, el párpado vuelve a su sitio y la mirada descansa; el resto, casi siempre, cae por su peso.

Point clé Détail Intérêt pour le lecteur
Usar la gafa de cerca reduce el esfuerzo de enfoque y el frote Menos orzuelos y menos fatiga visual con un gesto simple
Calor tibio y limpieza del borde palpebral desbloquean glándulas Acción práctica para cortar la racha de recaídas
Pausas y posición del monitor mejoran el parpadeo Evitas sequedad y el círculo vicioso de irritación

FAQ :

  • ¿Por qué salen más orzuelos entre los 40 y 50?La presbicia reduce el parpadeo eficaz, forzamos el enfoque y tocamos más el párpado; se tapan glándulas y hay más caldo para la infección.
  • ¿Debo llevar la gafa de cerca todo el tiempo?Llévala cuando leas, con pantallas o tareas finas; en visión lejana no hace falta, y alternar descansos ayuda a mantener el ojo cómodo.
  • ¿Qué hago si ya tengo un orzuelo?Calor tibio 2‑3 veces al día, higiene suave y nada de apretarlo; si duele mucho, hay fiebre o no mejora, consulta al especialista.
  • ¿El maquillaje influye de verdad?El maquillaje denso o viejo puede obstruir el borde palpebral; renueva productos, evita la línea de agua y desmaquilla con mimo.
  • ¿Puedo prevenir sin medicación?Sí: **no saltarse la gafa de cerca**, pausas visuales, manos limpias y rutina corta de calor y limpieza; si hay recaídas, valora blefaritis.

1 réflexion sur “Gonzalo Bernabéu, oftalmólogo:  »A veces no ponerse la gafa para cerca en pacientes de entre 40 y 50 años puede favorecer que aparezcan orzuelos con más frecuencia »”

  1. Je reste un peu sceptique: ne pas mettre les lunettes de près suffit-il vraiment à provoquer plus d’orgelets ? J’aurais pensé que c’est surtout une question d’higiène ou de maquillage. Avez‑vous des données chifréees sur la fréquence selon l’âge et l’usage des lunettes ?

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