Francisco Rosero, endocrino: « Desayunar después de las 9 de la mañana puede aumentar los niveles de cortisol »

Francisco Rosero, endocrino: "Desayunar después de las 9 de la mañana puede aumentar los niveles de cortisol"

¿Qué cambia en tu cuerpo cuando el primer bocado llega tarde? El endocrino Francisco Rosero lo resume con una imagen clara: el reloj biológico pide señales, y una de las más potentes es el desayuno. Si aparece después de las 9, el cortisol –la hormona que te pone en modo alerta– puede subir la voz.

Son las 9:12 y el primer café ya fue, rápido, casi una disculpa. En la mesa de al lado alguien mira el móvil como si lo mordiera, mientras el camarero deja caer la mermelada con un golpe de cuchara que suena a campanada.

Una mujer comenta que salió sin hambre. Otro responde que el tráfico le comió la mañana. El reloj avanza y el estómago queda en pausa, como si el día fuese más urgente que el cuerpo. *El cuerpo no entiende de excusas: entiende de señales.*

Francisco Rosero, endocrino, repite ese dato que incomoda a los que corren: desayunar después de las 9 puede aumentar los niveles de cortisol. No es una amenaza, es un espejo. Algo tan simple como el horario cambia la película.

El reloj ya te estaba contando.

El cortisol madruga, tu desayuno también

El cortisol tiene un pico natural al amanecer. Es la chispa que te saca de la cama y te pone en marcha. Si la comida no llega en esa ventana, el cuerpo interpreta “sigue la alerta”.

Rosero lo explica como una coreografía: luz, movimiento suave y primer bocado. Cuando esa secuencia se rompe y el desayuno se va a después de las 9, la curva de cortisol puede mantenerse más alta. El día arranca con más prisa interna.

En consulta, cuenta, se ve en los relatos: más nervios, más picoteo dulce a media mañana, menos foco. No todo es el reloj, claro. Pero el reloj pesa.

Una analista financiera empezó a comer a las 7:45 con un yogur griego, avena y una fruta. A las dos semanas notó menos ganas de café a lo loco y menos picos de hambre a las 11. El correo seguía lleno, su fisiología no.

En un pequeño grupo de pacientes, Rosero pide probar dos semanas de “ventana temprana”. La frase es simple: prueba y siente. No hace falta un laboratorio para notar si duermes mejor.

El dato estrella es práctico: el primer bocado ancla el día. Mueve glucosa, habla con la insulina, baja el volumen del eje del estrés. Un plato sencillo hace de interruptor.

El porqué suena a lógica del cuerpo. El eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal necesita señales claras. Luz por la mañana y alimento temprano le dicen que ya hay energía disponible, que no hace falta seguir apretando el cortisol.

Si el primer bocado llega tarde, la máquina tira de reservas. El resultado puede ser un cableado de alerta sostenida, con más tendencia a picar dulce para compensar. **El reloj biológico premia la constancia.**

La noche también pinta el lienzo. Dormir cortado hace más ruidosa la respuesta del cortisol. Un buen horario no arregla todo, pero abre la puerta al resto.

Cómo aterrizar un desayuno que baja la voz del estrés

Empieza con un marco fácil: entre 7:00 y 8:30. Un plato de tres piezas suele funcionar: proteína (20-30 g), fibra y algo de grasa buena. Pan integral con huevo y aguacate, o yogur con avena y frutos rojos, o arepa con queso fresco y tomate.

Saca la luz de la ventana mientras comes y mueve el cuerpo 5-10 minutos después: caminar por casa, subir escaleras, estirar suave. **No necesitas ser perfecto: necesitas un primer bocado a tiempo.**

Deja un “kit de emergencia” listo: miel de abeja no, mejor fruta, frutos secos y un lácteo o un tofu marinado. Si hay café, acompáñalo con algo sólido. El café solo, en ayunas, empuja más al eje del cortisol.

Errores típicos: salir solo con café, “guardar hambre” para el brunch, o creer que un croissant arregla todo. No eres un robot, y hay días que se lían. Seamos honestos: nadie hace eso todos los días.

Todos hemos vivido ese momento en el que miras el reloj y ya son las 9:20. Respira y resuelve con lo que tengas: un plátano con mantequilla de cacahuete y un vaso de leche, o un sándwich simple de pavo. Lo perfecto estresa; lo posible regula.

Para turnos rotativos, el principio se mantiene: al despertar, come pronto aunque sea pequeño. Si llegas del turno de noche, una opción ligera antes de dormir y otra al despertar ayuda a reencuadrar la señal del día.

Francisco Rosero lo resume claro:

“Después de las 9, el cuerpo suele leer ausencia de combustible y empuja el cortisol. Adelantar el primer bocado baja el tono de la alarma.”

Pide empezar por dos semanas, sin obsesión ni báscula diaria.

Pequeño cuadro de ayuda rápida:

  • Ventana horaria: 7:00–8:30
  • Plato base: proteína + fibra + fruta
  • Plan B exprés: lácteo o alternativa + fruta + frutos secos
  • Señales que mejoran: calma a media mañana, menos picoteo, foco más estable

Lo fácil es lo que se repite.

Una nota mental útil: guarda el ritual. La taza favorita, la playlist suave, la mesa despejada. El cerebro también desayuna ambiente.

¿Y si solo adelantas 30 minutos?

Un pequeño cambio mueve mucho. Retrasar el primer bocado a después de las 9 suele estirar la cuerda del cortisol; adelantarlo 30-45 minutos la afloja. **Desayunar temprano también es una forma de bajar la conversación interna del estrés.**

Ese margen crea un efecto dominó: menos café urgente, menos deseo de azúcar a media mañana, mejor disposición a comer verdura en el almuerzo. El día no cambia de carga, cambia de tono.

Si lo pruebas, escucha tus señales: energía en la mañana, claridad, hambre más predecible. Comparte con alguien, porque hacerlo en pareja, en equipo o en familia ancla el hábito. La biología se vuelve social cuando la mesa se abre.

Point clé Détail Intérêt pour le lecteur
Horario del primer bocado Entre 7:00 y 8:30 Reduce la “alerta” del cortisol matinal
Plato que funciona Proteína + fibra + fruta Saciedad sin picos, foco más estable
Plan B cuando no hay tiempo Lácteo o alternativa + fruta + frutos secos Solución real para mañanas caóticas

FAQ :

  • ¿De verdad desayunar después de las 9 sube el cortisol?Puede favorecer una curva más alta en la mañana, según explica Rosero, porque el cuerpo lee “falta de combustible” y mantiene la alerta.
  • ¿Y si practico ayuno intermitente?Si te va bien, prueba mover la primera ingesta a primeras horas de tu ventana activa. El objetivo es alinear comida y ritmo de luz.
  • ¿El café en ayunas es mala idea?Para muchos, sí aumenta la sensación de nervio. Mejor acompáñalo con algo sólido que amortigüe la respuesta.
  • No tengo hambre al despertar, ¿qué hago?Empieza pequeño: un yogur, una fruta con frutos secos, o un huevo cocido. El apetito se entrena en días, no en horas.
  • Trabajo de noche, ¿aplica?Sí: al despertar, come pronto una opción ligera y estructurada. Tu “mañana” es cuando abres los ojos, no el reloj de la pared.

1 réflexion sur “Francisco Rosero, endocrino: « Desayunar después de las 9 de la mañana puede aumentar los niveles de cortisol »”

  1. Mohamed_abyssal

    ¿De verdad el café en ayunas “empuja” tanto el cortisol? Suena a alarma fácil. ¿Hay estudios controlados o es más bien experiencia de consulta?

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